Con Norris y Piastri o con Martín y Aprilia, el "contrato es el contrato" de Ecclestone manda

Bernie Ecclestone, el anterior propietario de la Fórmula 1, era conocido por lo implacable que era en las condiciones que imponía a todos aquellos promotores, países o ciudades que querían albergar su espectáculo. Tenía siempre dos frases que decía a aquellos con los que negociaba un contrato. El día de la firma, siempre preguntaba a su interlocutor: "¿Estás seguro? Yo no lo firmaría". El día que llegaban las dificultades siempre decía: "Te avisé que no firmaras, lo siento, pero contract is contract". Son lecciones que la verdad, resultan más que útiles estos días.

En el Gran Premio de Austria de Fórmula 1, una vez más los dos McLaren estuvieron a punto de chocarse mientras peleaban por la victoria. Es obvio que si hay dos pilotos que deben evitar a toda costa tener un encontronazo en pista son aquellos que pilotan para el mismo equipo. El problema es cuando estos dos pilotos van primero y segundo del mundial, cuentan con un coche de momento superior y queda más de medio mundial por delante. Suena fácil lo de decir que debería haber órdenes de equipo, pero probablemente McLaren no pueda hacerlo.

Zak Brown, el CEO de McLaren, es un carrerista de los de toda la vida y la idea de no dejar correr libremente a sus pilotos le espanta y lo entiende como una traición a su espíritu y a sus propios pilotos. Pero seguramente, Andrea Stella, el jefe de equipo con su pragmática mente de ingeniero piense de otra forma y crea imprescindible evitar a que sus pilotos se choquen. Entre medias de ambos está lo que de verdad manda... que es lo que ponga la letra de los contratos de Oscar Piastri y Lando Norris.

Guerra entre pilotos

Difícil que, cuando Lando Norris renovó hace tres años con McLaren, en sus condiciones no viniera reflejado algo muy parecido a ser líder de equipo. En el momento que ambas partes firmaron el contrato, McLaren no era ni de lejos la fuerza dominante que es hoy, mientras que Lando era un piloto seguido por muchos equipos con su cotización al alza. Además de una buena remuneración, es obvio que si le mencionas lo de 'órdenes de equipo', por muy matizado que esté, no va a ayudar nada a que la firma se produjera.

En el caso de Oscar Piastri, su posición era totalmente diferente a la de Lando Norris en el momento que firmó hará ahora hace dos años. Era un valor desconocido que prometía mucho, pero no se sabía su valor real. Pero el verdadero problema es que en ese momento Piastri formaba parte de la academia a Alpine. Para convencer al australiano que iba a estar mejor vestido de color papaya que de azul, tenías que apostar fuerte. Es decir, nada que suene ni por asomo a ser escudero de Norris. Y ahí vienen los problemas.

Ante ese difícil equilibrio de cláusulas contractuales que chocan entre sí, McLaren optó por separar entre ambos pilotos sus respectivas estrategias. El perjudicado a la vista está que fue Oscar Piastri, pero no puede decirse que fuera una decisión que perseguía deliberadamente beneficiar a Lando Norris. La parada temprana del británico le dio aire en el momento que estaba más agobiado, pero el tener neumáticos más frescos podría haber dado una ventaja en las vueltas finales al australiano.

Al final, McLaren se aseguró el doblete, sin más broncas de las necesarias entre sus pilotos. La renovación de ambos pilotos en McLaren se acerca y, por tanto, un paso en falso a nivel contractual puede ser fatal para conseguir la renovación de ambos, que sería su escenario ideal.

Un detalle, sin embargo, llama poderosamente la atención... que es que ni pilotos ni equipo dicen ni mu sobre lo que dice o no dice la letra de sus contratos. El triste caso de Álex Palou, pésimamente aconsejado por los que entonces eran sus representantes, demuestra el peligro de hablar de más o a destiempo. Un paralelismo evidente con el affaire Jorge Martín y Aprilia.

Bernie Ecclestone, el anterior propietario de la Fórmula 1, era conocido por lo implacable que era en las condiciones que imponía a todos aquellos promotores, países o ciudades que querían albergar su espectáculo. Tenía siempre dos frases que decía a aquellos con los que negociaba un contrato. El día de la firma, siempre preguntaba a su interlocutor: "¿Estás seguro? Yo no lo firmaría". El día que llegaban las dificultades siempre decía: "Te avisé que no firmaras, lo siento, pero contract is contract". Son lecciones que la verdad, resultan más que útiles estos días.